Gigantes de colores

 Hay un silencio

tangente en el aire

con la electricidad

y dos gritos salvajes.


Tras mi ventana

no se ve a nadie,

solo luz naranja

de farolas gigantes.


Cálido como el amor

que le falta a mi corazón

que sana lentamente

todavía enseñando los dientes

tras las paredes de un fuerte.

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