De Quevedo a Góngora 2
Es un corazón cautivo que siempre es bienvenido, que aunque antes era mío ahora late por tí con brío. No se si es un sueño pero escribo con empeño intentando contener mi genio para el que ahora es mi dueño. No te confundas, no soy manso aunque solo quiera yacer entre tus brazos y tu voz sea de una sirena su canto. Hay pocas cosas que no haría por ti pídemelo, lo haría en un tris con mi corazón en un frenesí. Ahora te miro a los ojos negros como pozos, Que sin embargo de luz llenos por mí quiero pensar, mi ensueño.