Antes de que me muera
Ardo por dentro,
el deseo me consume.
Y quiero que sean tus manos
las que me desnuden
y me arañen la piel
sin que nadie nos juzgue.
Tu voz en mi oído
murmurando obscenidades,
y tus labios rozando
con su suave tacto
lo que hay adentro mío
con gemidos guturales.
Todavía arden en mi piel
los restos de tu pasión
marcando el mármol
con tus labios de miel,
tus manos de dolor
y tu voz de ángel.
Arráncame el corazón,
que así latirá más lento,
porque tus dedos en mi espalda
han despertado una bestia
que no quiere estar dentro.
Aparece con gruñidos,
con mordiscos y susurros,
que a veces son gemidos
que mueren en mi boca
mientras a los ojos te miro.
El grifo ha sido abierto,
la presa derrumbada.
Y yo, preso de tus caricias
con el alma desubicada
pero las manos entretenidas.
Guardo tu recuerdo
y lo repito a cada momento.
Dejando que me envuelva,
lo siento en mis adentros.
Róbame el pensamiento
pero no el deseo.
Porque quiero saborear
cada uno de tus gestos.
Retozar en tus sueños,
ser partícipe de tus fantasías
sin maestro ni dueño,
como tú lo eres de las mías.
De rodillas frente a tí
suplicando piedad
sólo existe el aquí.
El ahora son tus ojos
brillando con lujuria
para mí, no para otros.
Porque quiero que sean míos,
al igual que tus manos
y tu cuerpo impío.
Quémame por dentro
y deja marca por fuera.
Arrodíllate ante mí
para que veas cómo quema.
Cógeme del cuello
antes de que me muera
Comentarios
Publicar un comentario