Cuando menos te lo esperas
Sentir
la piel erizada
un escalofrío
rasgando la calma.
Bajar
el cuello quemado
una gota
apagando el cabo.
Oír
el sonido chirriante
una sirena
rompiendo la constante.
Notar
la noche oscura
una luciérnaga
cortando la duda.
Y ves
lo que has hecho
las cicatrices marcadas
un animal al acecho.
Pero tocas
los dedos te tiemblan
el pelaje mojado
una mirada, no mientas.
la piel erizada
un escalofrío
rasgando la calma.
Bajar
el cuello quemado
una gota
apagando el cabo.
Oír
el sonido chirriante
una sirena
rompiendo la constante.
Notar
la noche oscura
una luciérnaga
cortando la duda.
Y ves
lo que has hecho
las cicatrices marcadas
un animal al acecho.
Pero tocas
los dedos te tiemblan
el pelaje mojado
una mirada, no mientas.
Comentarios
Publicar un comentario